El envejecimiento de la población brasileña ha impulsado nuevas demandas en el ámbito jurídico, convirtiendo a la abogacía para personas mayores en un área cada vez más relevante y prometedora. Según el abogado Dr. Aroldo Fernandes da Luz, esta especialidad exige no solo conocimiento técnico, sino también sensibilidad, empatía y compromiso ético con un segmento de la sociedad que, muchas veces, sufre violaciones silenciosas de sus derechos. Actuar con enfoque en el público mayor es contribuir activamente a la promoción de la dignidad, la autonomía y la protección legal en la tercera edad.
El envejecimiento de la población brasileña
Datos del IBGE indican que Brasil está atravesando una transición demográfica acelerada: para 2030, el número de personas mayores podría superar al de niños y adolescentes. Este escenario incrementa la demanda de profesionales capacitados para tratar cuestiones legales relacionadas con jubilaciones, cuidados de salud, herencias, derechos patrimoniales, entre otros.
De acuerdo con el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, la abogacía dirigida a personas mayores requiere actualización constante y un enfoque atento a las políticas públicas y la legislación específica, como el Estatuto del Anciano (Ley nº 10.741/2003), que garantiza una serie de derechos fundamentales.
Derechos asegurados a las personas mayores
Entre los principales derechos previstos en el ordenamiento jurídico brasileño para personas de 60 años o más, se destacan:
- Prioridad en la atención pública y privada
- Gratuidad en el transporte colectivo urbano e interestatal (en determinados casos)
- Acceso a medicamentos gratuitos y políticas de salud específicas
- Descuentos en eventos culturales y deportivos
- Protección contra el abandono, la violencia, la negligencia y la explotación patrimonial
- Prioridad en la tramitación de procesos judiciales
Según el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, es común que estos derechos sean incumplidos o ignorados, especialmente en instituciones bancarias, hospitales y servicios públicos. En este contexto, el abogado actúa como defensor de la efectividad de estas garantías.
Nichos de actuación en la abogacía para personas mayores
El área ofrece diversas posibilidades de actuación, tanto en el contencioso como en la consultoría preventiva. Algunos de los principales nichos son:

- Derecho previsional
Asistencia en la obtención de jubilaciones, pensiones, revisión de beneficios, subsidios por enfermedad y BPC/LOAS.
Este es uno de los campos con mayor volumen de demandas para el público mayor. - Derecho de familia y sucesiones
Orientación sobre testamentos, curatela, inventarios, donaciones, divisiones y protección patrimonial.
El abogado puede actuar para evitar litigios y preservar los intereses de la persona mayor y su familia. - Derecho del consumidor y bancario
Defensa contra abusos financieros, préstamos consignados indebidos, fraudes y cobros abusivos.
El Dr. Aroldo Fernandes da Luz destaca que muchas personas mayores son víctimas de manipulación y estafas, y el papel del abogado es fundamental para recuperar valores y prevenir nuevos daños. - Derecho a la salud y accesibilidad
Acciones judiciales para garantizar acceso a tratamientos, medicamentos, internaciones o cirugías negadas por el SUS o planes de salud.
También abarca demandas por accesibilidad en edificios, transporte y espacios públicos. - Tutela de los derechos humanos y violencia contra la persona mayor
Actuación en casos de maltrato, abandono familiar, violencia psicológica o explotación económica.
El abogado puede actuar en conjunto con el Ministerio Público, la Defensoría Pública y los servicios de asistencia social.
La importancia de una atención humanizada
Tratar con personas mayores requiere paciencia, escucha activa y respeto por la autonomía del cliente. Muchas personas mayores llegan al despacho inseguras, emocionalmente frágiles o desilusionadas con el sistema. Ofrecer una atención humanizada y ética es tan importante como conocer la legislación.
El Dr. Aroldo Fernandes da Luz resalta que el abogado necesita comunicarse de forma clara, evitando jerga jurídica, y garantizar que la persona mayor comprenda sus opciones y participe activamente en las decisiones sobre su vida jurídica.
Conclusión: una abogacía con propósito e impacto social
La abogacía para personas mayores es un área en crecimiento, impulsada por un escenario demográfico que exige atención, respeto y compromiso con los derechos de quienes ayudaron a construir la sociedad. Además de representar un nicho profesional prometedor, es también una forma de ejercer el Derecho con propósito, justicia y humanidad.
Como afirma el Dr. Aroldo Fernandes da Luz, cuidar jurídicamente de las personas mayores es también una forma de retribuir, proteger y valorar vidas. En tiempos de desinformación y negligencia, el abogado se convierte en una voz activa en la defensa de la dignidad y de los derechos de quienes más necesitan protección.
Autor: Antonio García